sábado, 4 de septiembre de 2010
Profunda Gaia
Esperanza
El Alma femenina estuvo prisionera.
Dedos anchos y abusivos violaron el himen de las Vírgenes del bosque.
Los gritos fueron ahogados por los falos de acero.
Los árboles fueron talados y asesinados los sueños.
Y aunque robaron los partos y les pusieron precio,
es sabido que los rizomas permanecen vivos,
ocultos, silenciosos, invisibles,
sorbiendo la savia de las criaturas nuevas.
Algún día los tanques de guerra se convertirán en polvo,
y el polvo en anilinas fucsias y violetas,
y por las calles correrán los niños
llenando de frutas las canastas vacías.
M.Glusman
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